Las autoridades declararon el estado de emergencia después de que las revueltas provocaran víctimas mortales y decenas de heridos.
Al menos 16 personas han muerto y muchas han resultado heridas en Papúa Nueva Guinea en violentos disturbios provocados por una huelga policial. El primer ministro papú, James Marape, ha declarado el estado de emergencia en el país.
El miércoles por la mañana, cientos de policías y otros funcionarios públicos protestaban pacíficamente frente al edificio del Parlamento en la capital, Puerto Moresby, tras descubrir que les habían efectuado un recorte salarial. Se creía que el descuento estaba relacionado con un aumento de impuestos, que provocó disminuciones de hasta 300 kinas (moneda nacional del país), es decir 120 dólares, lo que equivale aproximadamente a la mitad del salario de un funcionario de menor rango.
Así, en un contexto en el que la capital se quedaba sin el control de gran parte de las fuerzas del orden, pues los agentes se negaban a trabajar, cientos de personas salieron a la calle y comenzaron los disturbios. Las revueltas también tuvieron lugar en Lae, la segunda ciudad más poblada del país.
En las redes sociales circulan imágenes que muestran almacenes envueltos en llamas, grandes multitudes de personas derribando vallas e irrumpiendo en diversas instalaciones, así como saqueando tiendas y supermercados, entre otras situaciones. Los servicios de seguridad locales calificaron los disturbios de anarquía total.
De acuerdo con las autoridades, nueve personas fallecieron en Puerto Moresby y otras siete en Lae. Por su parte, médicos informaron que, entre el miércoles y el jueves, respondieron a 40 llamadas por quemaduras graves y heridas de bala.
En este contexto, el primer ministro anunció este jueves el estado de emergencia durante 14 días, así como el despliegue de 1.000 soldados listos para responder a cualquier escalada de la violencia. Al mismo tiempo, señaló que la tensión en la capital había disminuido. En cuanto a la reducción de los salarios de las fuerzas del orden, aseguró que se trató de un error administrativo.
Mientras tanto, la violencia llevó a que seis diputados dimitieran, aludiendo que habían perdido la confianza en el liderazgo de Marape. También instan a la población del país a que exija la dimisión del primer ministro.